Nuestro querido amigo el pollo cósmico nació como todo niño de Gallus, al cuidado de su madre, una gallina normal ponedora de huevos y un padre gallo amante de las nubes.
Cuando pollito nació lo confundieron con un nudito de estambre amarillo, era tan lindo y pequeñito que cabía en una flor.
Los días de pollito transcurrieron felices en la tranquilidad de su pueblo; en compañía de sus amigos amarillos y su tías y primas gallinas. A pesar del parecido entre todos, pollito era especial: hacia toda clases de preguntas: ¿por qué el cielo es azul?, ¿por qué no podemos volar como otras aves?, ¿qué es el lenguaje? Su madre sufría mucho ante tales preguntas, siempre solía decirle: pronto irás a la escuela para pollos y lo sabrás todo.
Pollito a veces se quedaba a mirar el atardecer hasta que salieran las primeras estrellas para contemplarlas e imaginaba que las visitaba a todas y cada una de ellas. Los fines de semana jugaba al viaje especial y soñaba con ser astronauta para recorrer el universo entero. En el álbum familiar su madre todavía conserva una fotografía de pollito observando las estrellas. Aquí la evidencia de esos años: