domingo, 16 de junio de 2013

La niña que volaba en las espalda de un ave.


Un día, cuando estaba sentada en la puerta de su casa, una niña notó que nada de lo que veía era real. Sospechó que entonces podría cambiarlo todo, como en sus sueños. Se acomodó la falda, se arregló el cabello, tal vez por última vez, cerró los ojos y soñó.
Desde ese día algunos la han visto volando entre las nubes.

  Ahora viaja sobre la espalda de un ave.

Un conejito temeroso

Nadie lo vio salir en la unánime noche de su tronco.
Asomó primero sus naricita, luego sus orejitas por último dejó ver su carita. Saltó de un tronco al otro. Se escondió en la espesura del pasto.  

A pesar del miedo ese día decidió mirar las estrellas. Y tal vez alcanzar a una de ellas.

miércoles, 29 de mayo de 2013

El pollo cósmico (La infancia)



Nuestro querido amigo el pollo cósmico nació como todo niño de Gallus, al cuidado de su madre, una gallina normal ponedora de huevos y un padre gallo amante de las nubes. 
Cuando pollito nació lo confundieron con un nudito de estambre amarillo, era tan lindo y pequeñito que cabía en una flor.




Los días de pollito transcurrieron felices en la tranquilidad de su pueblo; en compañía de sus amigos amarillos y su tías y primas gallinas. A pesar del parecido entre todos, pollito era especial: hacia toda clases de preguntas: ¿por qué el cielo es azul?, ¿por qué no podemos volar como otras aves?, ¿qué es el lenguaje? Su madre sufría mucho ante tales preguntas, siempre solía decirle: pronto irás a la escuela para pollos y lo sabrás todo.

Pollito a veces se quedaba a mirar el atardecer hasta que salieran las primeras estrellas para contemplarlas e imaginaba que las visitaba a todas y cada una de ellas. Los fines de semana jugaba al viaje especial y soñaba con ser astronauta para recorrer el universo entero. En el álbum familiar su madre todavía conserva una fotografía de pollito observando las estrellas. Aquí la evidencia de esos años:



martes, 28 de mayo de 2013

El pollo cósmico

Parte 1
El comienzo


Dedicado a Georgina mi 
compañerita de meditación.   


Hace muchos años luz, en una galaxia lejana, ocurrió la siguiente historia. Un pollo sintió en su corazón la existencia de una verdad y de una realidad más profunda que la de su planeta Gallus e incluso que su galaxia Gallomedra. Este pollo diferente suposo la existencia de seres de otro planeta, tan monstruosos y bellos como en sus sueños, de modo que se incorporó a una unidad espacial de investigación intergaláctica para recorrer el universo entero en busca de otro tipo de vida inteligente. Así comienza la historia este pollo cósmico tan bien llamado: el maestro. Aquí el reencuentro de sus aventuras en busca de la verdad del universo.


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Malexandra Cruel

I


En la mitad de un bosque umbrío
de esbeltos árboles y negros ríos,
mora una ninfa cuyos ojos,
más que oscuros, son sombríos.





Su cruel mirada viste
con frialdad todas las cosas;
si los pájaros  mira
se vuelven piedras  y las flores, lozas.





De sus labios  brota una cruel tormenta,
Si  Malexandra habla, el dolor aumenta
carcajada, su grave voz
rasposa y dura como la tos.

sábado, 25 de mayo de 2013

Idea vagabunda





A veces eres niña y quieres crecer para ser una mujer adulta porque imaginas que ellos son verdaderamente libres, cuando creces te das cuenta que ahora, que luces como un adulto, eres más esclavo de preocupaciones y de tus temores, de hecho tanto que desearías regresar el tiempo y vivir encima de los árboles como ese changuito feliz que eras cuando niña.

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Un secreto bien guardado: leer y escribir libros para niños



Siempre fue una niña de una rareza normal. Sí, una niña que deseaba profundamente ser adulto y destetaba casi todas las actividades infantiles, jugar a las muñecas o a la casita obedecer incondicionalmente. De niña solo amaba  los libros para niños y escalar árboles. Esos libros eran tan verdaderos, profundos y complejos, eso pensaba yo, que quería escribir mis propios libros.Cuando crecí me sorprendió la intemporalidad de ese deseo. Continuaba leyendo a escondidas los libros para niños, con sus hermosas ilustraciones y con sus mensajes de amor por la humanidad y esperanza en el futuro y en las noches en casa imaginaba con los ojos abiertos cientos de historia para niños, historias que me hubiera gustado leer, a veces hasta tan tarde que soñaba con esas historias. Una vez convertidas en sueños creía que participaba verdaderamente de dos mundos: el de mis sueños y este mundo que llamamos real. Todavía sigo comprando libros que termino regalando en los cumpleaños de algún primito, sobrinito o vecinito. De este modo he logrado acumular una biblioteca imaginaria en mi corazón y en mi imaginación, aún más vasta que la que tengo ahora de libro reales. Hace poco decidí sacar esas ideas esos libros imaginarios que siempre desee escribir y que ahora me impulsan a redactar este blog para dejar algunas de esas historias que temía sacar a la luz por temor a ser señalada peyorativamente como infantil o boba. Les dejó una ilustración mía acerca de cómo me veía cuando era niña a mí misma. Es algo aterrador y tierno como la niñez. Y los invito a leer en las siguientes semanas las historias que he escrito y que compartiré con ustedes a su tiempo.